sábado, 18 de agosto de 2018

  Este era el cartel con el que íbamos a ir a la Feria pero Sanae decidió a última hora que no era lo suficientemente importante para ella, prefería llevar su obra a una exposición de los recién salidos de la facultad. Una pena por ella se cargó su carrera, no entendió nada.
Nos hizo cambiar todo a última hora. Menos mal que la Feria fue bien.
Amine Asselman .Cultura Transfronteriza II- Alambre de aluminio. Chapas de aluminio, cobre y latón.

Sanae Dannoune. Angosie, collage tela metálica, hilo y semillas

SAIDA ART CONTEMPORAIN en ESTAMPA 2016
El stand A2 de la feria, en el que se presentará la galería SAIDA, acogerá obras de Amine Asselaman y Sanaa Dannouene, dos jóvenes artistas marroquíes que destacan entre los de su generación de creadores plásticos. El compromiso con el arte, el carácter innovador de sus propuestas y su preocupación por cuestiones como el feminismo, la emigración, las crisis ambientales, los conflictos políticos y los miedos colectivos dan especial relevancia a la obra expuesta. 
Saida Art Contemporain à Estampa 2016
L’espace  A2 à la foire où la galerie SAIDA  a présenté,  accueillera les œuvres  d’Amine Asselman et sanae dannoune .Deux  jeunes artistes marocains  qui se démarquent parmi sa génération d'artistes plastiques.
L’engagement à l'art, le caractère novateur de ses propositions et ses préoccupations pour les questions telles que le féminisme,  l'immigration, les crises environnementales, les conflits  politiques et les peurs collectives  d’importance  spéciale aux travaux exposé.

lunes, 20 de octubre de 2014

Fundar Saída


Nuestras visitas cada vez más frecuentes a Tetuán terminaron orientándose hacia el arte. Era inevitable. Al fin y al cabo Mareta es una artista con una larga trayectoria de exposiciones en distintos países, entre los que se incluye Alemania, donde participó en la Documenta de Kassel. Y yo he ejercido la crítica de arte por muchos años y en los principales medios tanto generales como especializados de España: Cambio 16, El Mundo, El País, Lápiz, Exit, Arte Contexto… Así fue que conocimos artistas de la ciudad, nos interesamos en la vida y la obra de Mariano Bertucci y en su legado institucional encarnado actualmente en la Escuela de Bellas Artes, conocimos de la existencia de Trankat y en nuestras visitas al Centro de Arte Moderno tuvimos la oportunidad de comprobar la importancia de la tradición artística tetuaní. Su antigüedad, su calidad, su consistencia.

Sin embargo faltaba una que galería de arte que mereciera el nombre y que estuviera a la altura del avance de la ciudad y la intensidad de su vida artística por lo que tuvimos la idea de fundar un centro de arte contemporáneo de carácter privado, dedicado a exhibir, promover y comercializar el arte de Tetuán y de Marruecos. Y que fuera además un lugar de reunión e intercambio de ideas y opiniones de artistas, escritores, periodistas, aficionados al arte, coleccionistas y público deseoso de iniciarse en la complejidad del arte actual. Pero como también queríamos que el centro fuera una síntesis de tradición y modernidad, pensamos que la sede más adecuada debería ser un riad, una casa tradicional tetuaní,  que reformaríamos para adecuarla a las necesidades de un auténtico centro de arte contemporáneo.

La búsqueda tomó casi un año, durante el cual visitamos muchas casas que, sin embargo, por un motivo o por otro no satisfacían nuestras expectativas. Hasta que por fin dimos con una casa con pabellón y jardín situado al final del callejón Derb Laatar, muy cerca de Bab Saída. En principio pensamos que este riad podría servirnos tanto de casa como de sede del centro de arte. Pronto comprendimos que el espacio disponible no daba para tanto y para resolver el problema decidimos comprar el riad que está al lado, que es la sede de Saída, mientras que el del fondo del callejón es nuestra casa. Las obras de reforma han durado lo suyo pero quizás no habrían podido hacerse en menos tiempo tanto por el cuidado que exige la intervención en casas antiguas como nuestro deseo de mimar hasta el último detalle.

El diseño de la reforma de la casa lo firma Mytaki, una oficina de jóvenes arquitectos granadinos que han sabido interpretar nuestras ideas y propuestas. La reforma del pabellón, así como de la sede de Saída, las diseñé yo pero los cruciales capítulos de los acabados, la decoración, la iluminación y el mobiliario del conjunto responden a las ideas y las elecciones de Mareta. El conjunto de las obras de reforma han sido responsabilidad de Lycom Services, una empresa íntegramente tetuaní dirigida por la enérgica Hanan Messouab.

Carlos Jiménez.

Amar a Tetuán



Nuestro encuentro con Tetuán fue fruto de la casualidad. Un buen día Lola, la hermana de Mareta, le habló del proyecto de la urbanización que un constructor español pensaba construir en Cabo Negro y la invitó a comprar alguno de los pisos que estaban ofreciendo y que en ese momento sólo existían en los planos de los arquitectos. Lola, desde luego, pensaba comprarse uno. A Mareta le atrajo la idea, la compartió conmigo y yo no dudé en apoyar su decisión de hacernos con uno de esos pisos.

Esa fue la decisión que nos trajo por primera vez a Tetuán, a la que comenzamos a visitar prácticamente desde nuestro primer viaje de reconocimiento de los terrenos donde se estaba levantando La Cassía, la urbanización de Cabo Negro. De la ciudad nos sorprendieron su tamaño y dinamismo, así como la arquitectura del Ensanche. Pero lo que de verdad nos fascinó fue la Medina, tan abigarrada y concurrida, tan laberíntica y llena de sorpresas, tan viva, en una palabra. Qué contraste con los cascos históricos de las ciudades europeas, en las que ya apenas queda alguno de sus habitantes originales, desplazados o marginados, al igual que sus modos y sus costumbres, por el aluvión de turistas idénticos a sí mismos que diariamente invaden sus calles y plazas.

Gracias a esas visitas, cada vez más frecuentes, fuimos conociendo a la gente de Tetuán y a muchos de los españoles que la han elegido como un lugar amable donde vivir y trabajar. Algo que nos habría resultado mucho más difícil si no hubiéramos contado con la hospitalidad y la generosidad de Ruth Barreto, la dueña del riad El Reducto, en plena Medina. Durante mucho tiempo este ha sido nuestro pie a tierra en Tetuán: una mezcla informal de comedor, salón, sala de juntas y hasta de despacho de urgencia. El Reducto, al igual que el Riad Blanco en la primera época, han alimentado sin pausa nuestro amor por Tetuán y sus gentes. Gracias a él, ahora vivimos y trabajamos en esta ciudad, tan lejos y tan cerca a la vez de nuestra igualmente amada Madrid.

Carlos Jiménez.