lunes, 20 de octubre de 2014

Fundar Saída


Nuestras visitas cada vez más frecuentes a Tetuán terminaron orientándose hacia el arte. Era inevitable. Al fin y al cabo Mareta es una artista con una larga trayectoria de exposiciones en distintos países, entre los que se incluye Alemania, donde participó en la Documenta de Kassel. Y yo he ejercido la crítica de arte por muchos años y en los principales medios tanto generales como especializados de España: Cambio 16, El Mundo, El País, Lápiz, Exit, Arte Contexto… Así fue que conocimos artistas de la ciudad, nos interesamos en la vida y la obra de Mariano Bertucci y en su legado institucional encarnado actualmente en la Escuela de Bellas Artes, conocimos de la existencia de Trankat y en nuestras visitas al Centro de Arte Moderno tuvimos la oportunidad de comprobar la importancia de la tradición artística tetuaní. Su antigüedad, su calidad, su consistencia.

Sin embargo faltaba una que galería de arte que mereciera el nombre y que estuviera a la altura del avance de la ciudad y la intensidad de su vida artística por lo que tuvimos la idea de fundar un centro de arte contemporáneo de carácter privado, dedicado a exhibir, promover y comercializar el arte de Tetuán y de Marruecos. Y que fuera además un lugar de reunión e intercambio de ideas y opiniones de artistas, escritores, periodistas, aficionados al arte, coleccionistas y público deseoso de iniciarse en la complejidad del arte actual. Pero como también queríamos que el centro fuera una síntesis de tradición y modernidad, pensamos que la sede más adecuada debería ser un riad, una casa tradicional tetuaní,  que reformaríamos para adecuarla a las necesidades de un auténtico centro de arte contemporáneo.

La búsqueda tomó casi un año, durante el cual visitamos muchas casas que, sin embargo, por un motivo o por otro no satisfacían nuestras expectativas. Hasta que por fin dimos con una casa con pabellón y jardín situado al final del callejón Derb Laatar, muy cerca de Bab Saída. En principio pensamos que este riad podría servirnos tanto de casa como de sede del centro de arte. Pronto comprendimos que el espacio disponible no daba para tanto y para resolver el problema decidimos comprar el riad que está al lado, que es la sede de Saída, mientras que el del fondo del callejón es nuestra casa. Las obras de reforma han durado lo suyo pero quizás no habrían podido hacerse en menos tiempo tanto por el cuidado que exige la intervención en casas antiguas como nuestro deseo de mimar hasta el último detalle.

El diseño de la reforma de la casa lo firma Mytaki, una oficina de jóvenes arquitectos granadinos que han sabido interpretar nuestras ideas y propuestas. La reforma del pabellón, así como de la sede de Saída, las diseñé yo pero los cruciales capítulos de los acabados, la decoración, la iluminación y el mobiliario del conjunto responden a las ideas y las elecciones de Mareta. El conjunto de las obras de reforma han sido responsabilidad de Lycom Services, una empresa íntegramente tetuaní dirigida por la enérgica Hanan Messouab.

Carlos Jiménez.

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